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Creemos en atender a las personas indigentes sin convertir nuestras calles y parques en campamentos para personas sin hogar.
Solicitamos que los gastos del ayuntamiento sean más transparentes. Los aumentos de impuestos pueden ser necesarios en el futuro, pero no antes de haber analizado detenidamente los gastos actuales, comenzando con el requisito de que todos los departamentos de la ciudad sean auditados regularmente. Prohibir las contribuciones políticas de quienes tienen contratos con la ciudad garantizará que los políticos no gasten nuestro dinero en grupos con los que cuentan para ser elegidos.
Estamos de acuerdo con reformar la policía y detener la ola de delitos que degradan nuestra calidad de vida. La estrategia de seguridad pública debe ser más efectiva y equitativa y no tolerar más el tráfico de drogas profesional en vecindarios como el Tenderloin.
Adoptamos soluciones comprobadas, como exigir que las personas que sean un peligro para sí mismas y para los demás reciban tratamiento en lugar de someterse a políticas mal concebidas como proporcionar drogas y alcohol de manera gratuita.
Queremos que nuestro gobierno deje de distraernos a nosotros e incluso a ellos mismos con batallas políticas como cambiar el nombre de una escuela secundaria y pintar murales, y que atienda los grandes problemas brindando su tiempo, recursos y atención. Los futuros aumentos salariales de los principales burócratas que ganan más de USD 200,000 al año deben estar vinculados a los resultados, como reducir la indigencia, bajar la tasa de delincuencia, limpiar las calles y mejorar el transporte.
Exigimos mejores políticas que promuevan una vida más fácil y asequible para que un conjunto diverso de personas puedan vivir y trabajar en San Francisco, un lugar cada vez más difícil para vivir, especialmente para las personas mayores y las familias con niños.
PODEMOS abordar la indigencia con compasión y eficacia
PODEMOS reformar nuestra policía y proteger a las personas más vulnerables entre nosotros.
PODEMOS hacer espacio para que los habitantes de San Francisco vivan y trabajen aquí en todas las etapas de sus vidas.
PODEMOS exigirle responsabilidad a nuestro gobierno y abordar el gasto derrochador y con motivaciones políticas.
PODEMOS mejorar el acceso a las viviendas al exigir licitaciones competitivas en todos los proyectos y programas de vivienda que reciben subsidios fiscales.
PODEMOS obtener mayores ganancias en relación con nuestros problemas sociales más urgentes al exigir que nuestra red masiva de contratistas gubernamentales y sin fines de lucro demuestren el éxito.
Nuestra ciudad no les pertenece a aquellos con las voces más fuertes, ni a aquellos con las cuentas bancarias más abultadas, ni a las redes políticas más arraigadas. Nos pertenece a todos, y es hora de que funcione para todos.
Si combinamos nuestra larga historia de compasión con una política de sentido común, podemos hacer de San Francisco un lugar del que todos estemos orgullosos de llamar hogar.
Juntos podemos lograrlo.